Un puente térmico es una zona donde se transmite más fácilmente el calor, por las características del material o por su espesor.
El aluminio es metálico, con lo que se genera un puente térmico que es preciso “romper” si deseamos una ventana de altas prestaciones.

De este modo, la rotura de puente térmico consiste en intercalar un material no conductor entre la cara externa y la interna de la ventana, con lo cual se consigue evitar las pérdidas de calor.
La RPT en perfiles de aluminio se obtiene por inserción de varillas aislantes de poliamida, reforzadas con un 25 % de fibra de vidrio. Este material tiene una conductividad casi 800 veces menor que la del aluminio, por lo que se crea una barrera aislante continua que impide la transmisión de calor.
El PVC no necesita rotura de puente térmico, pues es en sí mismo un material de baja conductividad, es decir, aislante.

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